Museos
hay de todos tipos: históricos, de artes decorativas, etnográficos,
arqueológicos,… y para todos los gustos: museo del chocolate, del vino, de
trenes,…. A mí me gustan casi todos!! Porque cada uno tiene su personalidad y
en cada uno tengo la posibilidad de
aprender algo nuevo, algo que no había visto antes, algo que no sabía o
algo que me llame la atención.
En
Santiago hay varios museos con contenidos diferentes y en cada uno de ellos
puedes aprender cosas diferentes. En este caso quiero hablaros de uno de los
museos compostelanos que más me gusta: el Museo de Historia Natural de la
Universidad.
Un
museo de historia natural, en general, es en el que se exponen colecciones de
elementos recogidos de la misma naturaleza. En ellos se pueden ver todo tipo de
animales, aves, peces, también rocas, minerales, conchas, plantas, semillas,
etc. De modo que cuando vas a un museo de este tipo puedes conocer animales o
minerales de diferentes procedencias, de nuestro entorno o de otros lugares del
mundo, a los que de otro modo nunca
podrías tener acceso y que son parte de nuestro patrimonio natural.
En
concreto en este museo de Santiago se expone la colección de historia natural
de la Universidad de Santiago que antes se podía visitar en la Facultad de
Química, creada por motivos académicos. Y tengo que decir que la muestra ha
ganado mucho con el cambio de ubicación. Este edificio se ha construido justo
para albergar la nueva exposición de la colección han creado un espacio amplio y luminoso, con una puesta en escena y
diseño que estéticamente resulta realmente atractivo para el público.
El
espacio está muy bien organizado por temas: animales terrestres, peces,
plantas, minerales, conchas, etc., y una museografía muy cuidada, que facilita
la visita y el recorrido. Puedes ver recreaciones de entornos naturales con
todos los bichitos, las plantas, los peces,…todos perfectamente identificados.
Personalmente la parte que más me gusta es la de los minerales, me parece un
montaje expositivo chulísimo en el que podemos ver minerales y rocas con formas
increíbles que parecen de otro mundo. También me parece espectacular la
colección de conchas.
En
este museo he podido conocer especies de animales que sabía que existían pero
que nunca había visto, tanto animales de nuestros bosques como otros que viven
en lejanos rincones del planeta. También he aprendido a conocer y distinguir a
los diferentes peces o mariscos. Desde mi experiencia creo que es un museo
donde se puede aprender muchísimo sobre naturaleza, perfecto para ir en familia
y con niños.
La
única pega que le pongo es que algunos de los animales no parecen muy bien
conservados y se ven deteriorados.
Recomiendo
mucho la visita a este museo y, de paso, daros un paseo por el Parque de Vista
Alegre en el que se encuentra ubicado el edificio. Se trata de la antigua Finca
Simeón, que pertenecía a esa familia de banqueros, seguro que os acordáis de
los Bancos Simeón. Yo recuerdo desde pequeña la finca cerrada y en malas
condiciones, abandonada, ahora se ha abierto este espacio en el que se han
levantado varios edificios nuevos de estética contemporánea que conviven con la
casa familiar de estilo colonial que es el centro del parque. Está muy bien situado y se puede pasear libremente
por los senderos del que era el jardín de la finca.
Yo ya
he visitado este museo y el parque en varias ocasiones y seguro que volveré. Si
os pasáis por Santiago y tenéis un par de horas no perdáis la oportunidad de
conocer este espacio expositivo y su entorno. En el siguiente enlace tenéis
toda la info necesaria: ubicación, horario, precio de entradas, etc.
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