Un BIC
es un Bien de Interés Cultural que ha sido distinguido porque tiene unas características históricas, artísticas,etc… concretas. Para que esto
sea posible hay que seguir una serie de pasos. Lo primero es que alguien, un
particular, asociación u organismo, presente una solicitud argumentada para que
el organismo oficial abra un expediente de trámite de catalogación de BIC. A partir
de ahí son los técnicos de patrimonio los encargados de realizar las investigaciones
necesarias sobre el bien y su historia, para determinar si realmente es
merecedor de ese distintivo.
Al
final ser BIC significa que ese bien debe de ser conservado y protegido porque
tiene un significado, un valor histórico o artístico que lo hacen especial y lo
dotan de una personalidad propia que lo diferencia de los demás. Puede ser un monumento,
un lugar, un edificio, algo que conserva la memoria del pasado, de un
acontecimiento importante, de una técnica,… y que nos la transmite generación
tras generación.
En la
página web de la Xunta de Galicia está publicado el listado de BICs de Galicia,
y echando una ojeada é comprobado cuales son los bienes que cuentan con esta
distinción en mi ayuntamiento, Rodeiro.
Sorprende
encontrar en esa lista un elemento arquitectónico que en realidad nadie se
imagina que pueda ser un BIC. Se trata de la “Torre de Santa María” en Guillar, un edificio de origen medieval,
una torre que sirvió de morada a nobles, escribanos, jueces y otros personajes importantes de
la época. Actualmente es solo una casa más de la aldea, un domicilio privado
con un pasado de abolengo que se refleja en la perfecta cantería de sus muros. Y aparece en esta lista por un Decreto de 1949 por
el cual “todos los castillos de España,
cualquiera que sea su estado de conservación, se ponen bajo la protección del
estado, que asume la responsabilidad de impedir toda intervención que alterase
o pudiese provocar su derrumbamiento. Asimismo establece que los ayuntamientos
son responsables de los daños y se establece…”; un decreto que sigue en
vigor y fue asumido por la Ley de Patrimonio Histórico Español de 1985, y por el cual se pretendía proteger los castillos y otros edificios medievales como
las Torres que llevaban décadas siendo desmantelados, usados como canteras de
las que sacar piedra con la que levantar nuevos edificios. Así es como se evitó que
desaparecieran muchos de los castillos que tenemos por España y así es por lo que nuestra Torre de Santa María está incluida en esta lista.
Pate superior de la Mámoa Coto dos Mouros |
Mucho
más actual es la inclusión de otro de nuestros bienes en el listado. En 2011 se
consigue la distinción para la “Mámoa do
Coto dos Mouros”, uno de nuestros tesoros arqueológicos. Un monumento
funerario que lleva miles de años conviviendo con nosotros, en su interior
guarda la memoria y los restos de nuestros antepasados y conserva unas interesantes
pinturas que han sobrevivido siglos y que debemos de respetar y proteger para
que sigan viviendo. Son precisamente esas pinturas del interior las que hacen
que esta Mámoa sea diferente a todas las demás. Sobre este bien ya publiqué un
post en el que cuento más.
Y
luego está la “Tulla de Outeiro”, un
bien patrimonial icónico para nosotros, siempre en el centro de la polémica por
su estado de abandono, habitado por la maleza y profundamente dañado por el
paso del tiempo. Pues bien, según la información que manejo la Tulla consiguió la
catalogación también en 2011, así me lo contaron y aparece en algún artículo de
prensa publicado, pero al consultar el listado de la Xunta, no aparece. De todos
modos lo recojo aquí como BIC aunque no aparece en la lista oficial.
Imagen de la Tulla, dominada por la maleza. |
Entonces,
oficialmente tenemos dos BICs y uno que no puedo confirmar. Pero creo que
podríamos ampliar la lista con algunos más, tanto a “Vila Romana de Porta de
Arcos” como a “Ponte Medieval de Pedroso” tienen historia, valores y
personalidad suficientes como para serlo. Tal vez en el futuro alguién inicie la solicitud para que así sea.
Al
final, la declaración como BIC significa, como digo al principio, que ese bien
especial y diferente debe de ser protegido para que siga acompañándonos a
nosotros y a las generaciones futuras, para que siga transmitiendo la historia
que conserva en su memoria. Es un distinción, un premio y un medida de protección que pretende provocar en la sociedad un sentimiento de admiración y respeto por el BIC y por nuestro patrimonio.
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